Golpe de Estado (del Bienestar)

Esta mañana me he encontrado con esta noticia:

Los conservadores portugueses aplicarán duros recortes sociales:
Reducción de sueldos públicos, privatizaciones masivas y aumento del IVA serán los recortes que deberán asumir los portugueses.


E inmediatamente ha venido a mi cabeza aquello que leí de Stephane Hessel, parafraseando:
-¡Indignaos! Todos aquellos privilegios que nuestra generación luchó para conseguir los estáis perdiendo sin pelear a manos del capital, para el cual no sois más que cifras estúpidas.

¿Qué ha sido del Estado del Bienestar?, ¿faltará dinero?, ¿cómo ha sido posible que no faltase hasta ahora?, ¿se lo creen?.

Voy a empezar a responder, pero en orden inverso a como he formulado las preguntas.
No, no me lo creo. Y no me lo creo por la sencilla razón de que la Seguridad Social sigue con superávit, a pesar de que no para de incrementarse el número de gente que se sirve de ella sin contribuir. No me lo creo porque hay dinero para la clase privilegiada y para rescatar a bancos y cajas, un rescate que otro día tocaré, pero que ya pueden imaginarse mi postura, lo peor no es el rescate en sí, sino que luego se volverán a privatizar cuando comiencen los beneficios.

No ha faltado hasta ahora porque hacía falta ir acostumbrando progresivamente a la sociedad, a la par que se idiotiza la juventud (no olvidemos que cada día baja el nivel educativo), para conseguir que no le diesen una patada a los responsables y los mandasen a sus islas privadas.

¿Falta de dinero?, en absoluto, lo que sobran son ladrones. Las horas de trabajo y estudio de los españoles son mayores que en el resto de Europa, ¿cómo puede ser nuestra productividad tan baja?, es un problema que muchos tildarán de complejo, pero que puede que tenga sus bases en lo siguiente:
Aquí uno depende de sus influencias y formas, no de su esfuerzo. ¿Para qué trabajar si en ese caso seré un bicho raro y antisocial, cuando puedo estar tomando café toda la mañana con unos jefes incompetentes que hicieron lo mismo que yo y así piensan en mí para el ascenso?.
Y además, el sector público, donde un examen te permite no hacer nada nunca más. No digo que los funcionarios no trabajen (todo lo contrario, son la base de nuestro país), sino que no tienen que hacerlo. Que siempre se ha dicho aquello de: España, donde uno trabaja y dos miran (a lo que hay que añadir, tomando café, comiendo pipas, etc.). La picaresca está bien vista y se potencia, en EEUU está mal visto jubilarse mientras puedas moverte, en Japón tomarse vacaciones, ¡dios! (sí, con minúscula), moriría en esas condiciones, hay que trabajar para vivir, no al contrario, no obstante tampoco tenemos que irnos al otro extremo, que es donde nos encontramos. Y a pesar de todo ello... el estado del bienestar era posible, ¿era?.

Desde luego que era posible, y lo es. Trabajamos más de lo que se trabaja(ba) en los núcleos aislados de indígenas amazónicos (vale, me he tragado muchos documentales), si mi trabajo no me sirve de sustento aceptable, me voy al monte a criar cabras y comer castañas. El problema es que el sistema no es un sistema perfecto, como ninguno, y la falta de vigilancia sobre el mismo, así como de comprensión del ciudadano medio, favorece la búsqueda de lagunas por parte de los que acaban partiendo el bacalao. La solución es sencilla, conocimiento, actitud y movilización. Hace poco han habido movilizaciones por todo el país exigiendo, básicamente y a pesar de lo que digan los medios (lo digo como persona que ha participado activamente), el estado del bienestar. Mirad como los políticos y medios desvirtúan esa reivindicación, para que olvidemos que lo estamos perdiendo a sus manos. No obstante, espero que este tipo de actuación no quede en algo anecdótico, y que poco a poco se vayan masificando (en el buen sentido de la palabra), hasta que seamos todos los ciudadanos quienes recuperemos el control. Si alguna vez lo conseguimos no pasará mucho tiempo antes de que volvamos a perderlo, pero habremos sentado las bases para que nuestro sucesores hagan lo propio y vuelvan a por él. Esta vez no se trata de un péndulo, no puede serlo puesto que cada generación cuenta con la experiencia de las anteriores, se trata de una espiral cuyo centro y dirección es la verdadera democracia, donde uno trabaja lo suficiente para tener un nivel económico que le permita ser feliz, que quien trabaja 18 horas tiene más dinero que quien trabaja 8, pero que la diferencia no es suficiente como para que la opinión de uno controle nada ajeno a su propio trabajo.

¿Idealista? En absoluto, soy firme, y voy a dejarme la voz (y las manos si es necesario) en buscar el beneficio común (que redunda en el mio propio). Quien no opine como yo en este aspecto y crea que la desigualdad es buena, lo lamento, llamadme fascista, comunista, gilipollas, radical, loquesea, pero si crees que el sufrimiento de unos es necesario y que nadie puede amasar fortuna sin hacer de harina a los demás, mereces todo mi desprecio y no eres humano. Somos diferentes a los animales en pocas cosas, una de ellas, nuestra capacidad para que la ley del más fuerte no impida a los débiles ser felices, que así sea. Los recortes sociales NUNCA son buenos y NUNCA serían necesarios con una correcta administración. Dentro de poco la derecha gobernará nuestro país. Si la supuesta izquierda ha metido tijeretazos, me acojona pensar qué pasará. No nos acostumbremos a los palos, cambiemos las cosas.