8 abr 2011

Introducción.

En una muestra de prepotencia, hace un año escribí un ensayo breve sobre el pensamiento humano y su diferencia con el animal. No quiero adelantar nada, de modo que comienzo, resumiré el ensayo en 6 entradas, espero que os guste:

¿Qué es la razón? Muchos filósofos durante la historia de la humanidad se han dedicado a buscar una definición, pero todos coincidían en un punto: es una cualidad exclusivamente humana.
Es el pensamiento racional lo que nos permite componer una sinfonía, pintar un cuadro o escribir una novela, pero... ¿Pueden ustedes hacer eso? Mi canario supera con creces mis dotes musicales (y alguna otra que no viene al caso), y en cuanto a dibujar, bueno, digamos que soy incapaz de dibujar un circulo cuyo radio mayor no duplique el menor, y no sé ustedes, pero un castor tiene bastante más visión espacial que yo. Al menos siempre nos quedará la novela, ningún animal tiene imaginación, aunque claro, es fácil decir que un delfín no la tiene ya que se empeñan en hablar con graznidos y no puede contradecirnos.
Esto nos ha dejado en fuera de juego, y yo, como ser humano, no puedo dejar que mi propio razonamiento le dé la razón al presuntuoso de mi canario. Insistiendo en los comienzos diré que la razón es aquello que nos diferencia del resto de los animales, sea lo que sea, ya que los humanos estamos muy por encima de ellos, cosa que hemos pretendido siempre, desde el momento que nos aislamos de la naturaleza, esa vieja enemiga que hace crecer bosques justo encima de reservas de petróleo para molestarnos...

Más allá de lo que conlleve el pensamiento asociativo (básicamente la aritmética), las matemáticas son exclusivamente humanas y producto de la razón, hay quien define a las matemáticas como la ciencia que estudia los patrones, y patrones es lo que busco, patrones de comportamiento entre los seres humanos y los animales que permitan establecer una frontera clara entre esta especie y el resto, o, por lo menos, asegurar que esa línea no existe.

Teniendo en cuenta todo lo anterior estoy casi seguro de que ustedes compartirán lo siguiente: sólo los humanos pueden ser malvados o nobles. Un comportamiento que nos parezca despreciable (o todo lo contrario) en un animal no será producto de su razón, por lo que no serán estos malos o buenos. Pues bien, en su libro “Matemáticas, ¿estás ahí?”, Adrián Paenza nos muestra una pequeña historia sobre unos chimpancés que se muestran “muy humanos” en el mal sentido de la palabra y que me ha hecho reflexionar y escribir este trabajo, del que cada persona sacará una conclusión distinta y creerá los estudios que quiera creer, yo me limito a redactarlos y juzgarlos.

Por razones obvias se trata de un trabajo de investigación y análisis de la misma, siendo importante resaltar la fiabilidad de la información y que todo razonamiento llevado a cabo desde la misma es eso mismo, un razonamiento que pretende ser universal, y que carece de la tan utilizada frase: “es matemáticamente cierto”, ya que es imposible establecer ninguna certeza en el pensamiento humano y casi imposible en el animal, pero intentaré que sean aceptadas por todos en casi cualquier situación, por lo que es lo más cercano a un verdadero patrón que es posible conseguir a través la complicada comparación entre humanos y animales. ¿Es lícito excluir a los humanos de los animales?, ya veremos.



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EDITO: PASO EL RESUMEM A LA PAGINA DE NOMBRE, ANIMALES RACIONALES
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