Alejándome de la temática de mi última entrada, me centro aquí en ese sentimiento que tanto agrado o dolor provoca.
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¿Qué es el amor? Supongo que cada uno respondería algo ligeramente distinto basado en sus propias experiencias, pero creo que todos coincidiríamos en que se podría definir como el sentimiento asociado a tener un aprecio desmesurado por una persona, en todo lo que su ser atañe.
Aunque, ¿que hay de cierto en ese sentimiento?¿es real el amor? Sí, responderíais todos casi sin dudarlo, argumentando cómo lo habéis sentido en vuestras entrañas. Pero, ¿es el amor razón o instinto?Quizás sea un sentimiento provocado únicamente por el instinto de no querer vivir solo y no dejar descendencia, muy cruel sería la realidad de ser ésto cierto. Aunque sea instinto o no, está claramente alimentado por la razón humana, que intenta alejarlo de ese concepto tan inhumano.
Si se para a pensar en la mayoría de los problemas derivados del amor, igual cae uno en el hecho de que parece ser que todos son consecuencia de razonalizar infructuosamente al instinto. ¿No es eso lo que ocurre con los problemas de celos y convivencia? Los celos, las infidelidades puede que sean simplemente algo intrínseco al ser humano, atribuyéndolo a la poligamia natural de todo ser vivo, como algo natural para dispersar la descendencia y que ésta sea genéticamente variada.
Algo incómoda esa visión científica y nihilista del amor. Diréis entonces, "¡gilipolleces dice este hombre!, conozco a parejas que han sido felices durante todas sus vidas" Y es quizás ahí donde mi desesperanza refugiada en la palabra instinto se derrumba, y parece dar luz al hecho de que la razón se impone, y el amor se convierte en un sentimiento humano plenamente ligado a lo racional, y no al instinto, y es entonces cuando uno cree que es posible querer y sentir algo especial por alguién, sin miedo a odiarse a sí mismo por sentir algo que tanto daño puede hacerte, pero que tanta felicidad puede darte.
Es el desconcierto ante este sentimiento lo que tanto me carcome, y es que es de los pocos que no se pueden controlar, que no existe una explicación lógica ante las actuaciones que son consecuencias del mismo. Y es que por más que te intentes alejar de él, jamás te despegarás de su sombra. La imposibilidad de controlarlo es lo que hace que me rinda ante sus intenciones, y es que buscarlo es inútil, ya que goza de la personalidad de presentarse solo cuando a él le apetece.
Ser quién tu eres y amarte a ti mismo es el primer paso para encontrar la felicidad, las demás aparaciones del amor, vendrán o no, asi que no te ofusques por algo que eres incapaz de controlar, y continúa con esa vida que te define.