Hombres más sabios que yo dijeron que siempre es mejor callar que hablar, y aún más si uno no quiere mostrar al mundo su torpeza pero, sinceramente, ni siquiera ellos seguían sus consejos y, además, ¿qué clase de aburrido mundo nos quedaría? Uno aburridísimo sin duda, quizás tan aburrido como una clase de derecho privado (todavía las recuerdo). Y ya que voy a hablar, hablaré de algo, y no estaré tan sólo tecleando por teclear sin aportarle lo más mínimo al pobre lector, tú, usted, que ahora me lee. Y... ya que estoy, escribiré un poco de filosofía, siendo así mi primera entrada de este tema.
No quiero hablar de los famosos, hablar de ellos es fácil, típico, y a la par que fácil y típico es aburrido; a nadie creo que le resulte productivo que yo le cuente ahora el mito de la caverna. Pues, no hablaré de ese griego, sino de otro, y también de otros tres franceses y de la visión un tanto pesimista de todos ellos.
El griego que os quiero comentar es Hegesias de Cirene (nunca recuerdo de dónde era, la verdad, pero gracias a Dios y al MEV que existe la wikipedia xD). Bueno, este hombre era algo curioso, y su historia un poco triste, porque no queda nada, absolutamente nada de su obra, y esto tiene una fácil explicación, el rey de turno mandó quemar todas las copias de su único libro y lo exilió, diréis ¿por qué?, fácil también, porque al contrario que sus contemporáneos (que eran hedonistas), él llegó a la conclusión (a través del mismo hedonismo) de que en la vida siempre habrá más mal que bien y también más sufrimiento que placer, de esta forma, todo iría siempre a mal, por lo que la mejor escapatoria sería la muerte. Una visión trágica que le llevó al exilio.
Pero para visiones trágicas también tenemos a otros tres franceses, aunque estos, al menos, no pedían a la gente que se suicidara.
Primero, cronológicamente, tenemos a Voltaire, que incluso escribió un libro satirizando la famosa frase de Lebnitz que decía que vivimos en el mejor de los mundos posibles, este libro se titula Cándido o el optimismo, por si alguien quisiera leerlo (yo no lo he hecho, pero espero hacerlo). Pero de este hombre sólo quería poco más que nombrarlo, para así explayarme un poco más con otros dos franceses, algo más cercanos a nuestro tiempo y contemporáneos entre ellos.
Son Sartre y Albert Camus, ambos existencialistas, aunque Camus se decía a sí mismo "absurdista".
Tanto en La náusea, del primero, como en El mito de Sísifo, del segundo, se postula que la vida carece completamente de sentido, que es un vivir por vivir, que se existe como costumbre, por carecer de oposición. Pero aun partiendo de las mismas premisas, ambos llegan a conclusiones distintas, y ambos también ven esta falta de sentido de forma distinta.
A Sartre le producía un vacío, una náusea que le abrumaba todo. En su libro, escrito en forma de diario, concluye el protagonista que la única forma de dar sentido a su vida (o más bien, de simular un sentido, ya que ninguna vida lo tiene) es crear una obra de ficción, escribir; ya que la creación de algo artístico e inútil es lo único que puede permitirle seguir existiendo pues, al fin y al cabo, es lo único que es.
Camus, partiendo también de lo absurdo, que es la base de su obra, llega a la conclusión de que, en lugar de dejarse abrumar y, simplemente, existir, el hombre absurdo (que es el hombre que se percata de que nada tiene sentido) deberá convertirse en el hombre rebelde y buscar el máximo número de experiencias y confrontaciones con el mundo absurdo y cuanto no le agrade de él, defendiendo así una continua rebelión hasta la completa conformidad con cuanto haya a su alrededor. Con sus propias palabras: "¿Qué es un hombre rebelde? Un hombre que dice no. Pero negar no es renuncar: es también un hombre que dice sí desde su primer movimiento. (...) El rebelde (es decir, el que se vuelve o revuelve contra algo) da media vuelta. Marchaba bajo el látigo del amo y he aquí que hace frente. Opone lo que es preferible a lo que no lo es." [El hombre rebelde].
Pues, ante el sentido de la vida, estos dos concluyen que no sólo no se puede encontrar sino que no lo hay. A este vacío uno responde con el vivir sin más (Schopenhauer hablaba de la voluntad de vivir) y vivir, si acaso, a través de una obra de ficción, del arte; el otro afronta el absurdo a través de la lucha y la búsqueda de experiencias. Aunque, para ambos, nada tiene el más mínimo sentido y la aceptación de eso mismo es lo más básico a lo que hay que llegar, ya que se existe porque sí, al igual que porque sí también se sigue existiendo.
5 comentarios:
Sartre, Camus, Voltaire, ¿no son famosos? ¿o querías decir que no entran en selectividad y por eso no lo estudian los chavales?.
Más allá de eso propongo mi visión, también un tanto existencialista (lo advierto):
La vida no tiene un sentido prefijado. Así como no nacemos con una fecha exacta de caducidad, no tenemos un fin que conseguir en la vida. Nacemos en unas circunstancias que nos facilitan algunas cosas y dificultan otras, nuestro mero fin (más allá del biológico de la autopreservación y reproducción), consiste en hacer lo que estimemos oportuno con las cartas que se nos reparten. Hoy mismo un amigo me ha recordado una frase de Tolkien en boca de Gandalf: "[...] no nos toca a nosotros decidir qué tiempo vivir, sólo podemos elegir qué hacer con el tiempo que se nos ha dado".
Y eso es aplicable a nuestra vida. Buscar el fin es un fin en sí mismo, un fin frustrante a la postre, pues no se encontrará ninguno real y perdurable si se hace como es debido y si se encuentra es que ha sido fruto de un error. Por ello, neguémonos a morir, neguémonos a la búsqueda del fin, simplemente vivamos haciendo honor a nuestra moral, no es necesario que nos recuerden, no es necesario que seamos alguien, no es necesario nada más allá de lo que queramos, si queremos ser alguien, vayamos a por ello, si queremos amar y ser amados no dudemos, si queremos ganar un Nobel intentemoslo (pero uno de verdad, que los de la paz y literatura los regalan xd).
Así pues, como todo buen filósofo he hablado mucho y no he aclarado nada, pues sólo he dicho lo lógico, no hay más meta que la que te quieras proponer. He dicho.
Lo que dices es tirando a nihilista, ¿no? Y sobre la fama de ellos... Cuando escribí esa frase no iba a mencionar a Voltaire, pero luego se me ocurrió y... lo dejé. Pero a los otros no los considero famosos, y con famoso me refiero a que si yo voy por la calle y pregunto que si sabe quién es, el ciudadano medio me responda que no lo sabe. Pero con Hegesias no hay discusión posible, ¿no? jaja que se podría decir que descubrí a este hombre de chorra xD
Ya me conoces, no puedo afirmar que soy nihilista, eso sería un oxímoron. El ciudadano medio fallecerá algún día y lo reemplazará uno que lea. Y tienes razón con Hegesias:
"La felicidad es cosa absolutamente imposible, pues el cuerpo está aquejado de innumerables dolores, y el alma que participa en estos sufrimientos del cuerpo está también aquejada por los suyos propios porque la fortuna impide la realización de buen número de nuestras esperanzas y deseos; por esto la felicidad no posee existencia real"
Y este hombre sí que es desconocido xD Aunque... considerando que por su culpa (o, desde su punto de vista, gracias a él) se suicidaron montones de jóvenes de su ciudad... es algo lógico el olvido que ha sufrido xD
El caso de Epicuro es curioso: escribió innumerables tomos resultado de su investigación sobre la naturaleza y la sociedad. Todos ellos se han perdido en el curso de la historia, de manera que del citado filósofo sólo quedan cuatro escritos que no superaran las 80 páginas de libro reglamentario. Al final va a ser que Platón y Aristóteles han llegado hasta nuestros días unicamente porque de ellos hay libros para aburrir.
En fin, como decía Homer en aquel capítulo al hilo del juego de palabras del crítico sobre Sartre y Camus, "Scooby Doo puede hacer pu-pu, pero Jimmy Carter de risa se parter".
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