La memoria, a veces, es caprichosa:
Nos impide visualizar las escenas
Como fueron, o parecieron ser,
En cambio señala otras cosas,
Detalles sin sentido alguno
Que dan sentido al recuerdo.
Caen las gotas furiosas al suelo
Mientras yo finjo que te escucho
Estoy atento a la música de los truenos,
Tengo que dejar de oírlos
Pero sé que en el fondo no puedo
Me dicen que te bese, que te lleve lejos.
Lentamente con su canto me encantan
Y digo las palabras que debo,
Ese hechizo que sabe atraer besos,
Y mis miedos se ensalzan.
Nos estamos besando, sin yo quererlo
No está bien, pero para ti sobran las palabras
Que así sea, si yo te quiero,
Que sufran los otros que te aman.
Mis dedos se deslizan despacio por tu cuello
Y te susurro al oído aquello para lo que no hay verso.
Nos queremos comer, ser dos en un solo cuerpo,
Tenemos prisa por saborear lentamente el momento.
La memoria, en ocasiones, es cruel
Me inflama el corazón con sentimientos
Espectros de lo que fueron en el ayer
Que no por eso hacen menos daño
Y que me hacen ver que me arrepiento.
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