-Pero quien no arriesga, no gana (o no pierde).
-Cierto, tan cierto como que el boleto que no es premiado tiene reservado un hueco en la papelera, no sin antes partirlo por la mitad.
-Aún así. el premiado acabará igualmente en la papelera, una vez que se obtiene el premio, nadie quiere el boleto. Qué quieres que te diga, hoy dudo de las buenas intenciones del Ser Humano.
-El Ser humano a veces tiene más de Ser que de Humano. Yo soy el primero que está de acuerdo, ya sabes, save the planet, kill yourself, pero una cosa es cabrearte con la humanidad o ciertos sujetos y otra muy distinta, con las personas. Se supone que si alguien te ama y tú a él ¡te tocó la lotería!, hasta el momento en que te gastas el dinero del premio. Hay veces que toda una vida no da para dejar de amar a alguien, yo supongo que seré un derrochador y un ludópata, porque me enamoro muchas veces y desamoro las mismas, de modo que siempre ando (en realidad levito) con alguien en mente. Y cuando no es así busco algo que me ocupe, estudios, rugby, poesía, bar, lo que sea. No puedes renunciar a amar algo, o a tener fe en algo. Yo carezco de la capacidad de rezar a algo superior a lo humano, por eso tengo fe en otras personas. Seguro que es mas difícil que depositar tu confianza en un ser omnipotente, pero las recompensas por ello son reales.
-Es verdad, debería cabrearme con la gente, no con las personas. Pero cuando te gastas el dinero, el boleto va a la papelera. No he renunciado a amar o a tener fé, solo que, por un día, quiero ver, quiero hablar de la Humanidad, en general, y no mirar casos particulares, porque si me pusiese a mirarlos, tal vez descubriría que la humanidad es buena y son los casos particulares lo que la hacen mala, y no al revés.
-Y sin embargo sabes en el fondo que ocurre lo contrario. Que las personas las hay buenas y malas, pero aunque haya más buenas, una manzana con una simple gota de cianuro es mortal. Haz lo que tengas que hacer para estar feliz hoy, o cuando sea, pero no dejes que tu sentido de la moral te impida hacer lo correcto, déjate de teorizar sobre la humanidad para escudarte, ¡lánzate al vacio y dime que se siente y ve justo antes de llegar!. Yo creo que ves el suelo y sientes el aire en la cara, pero no podría asegurarlo. Esto es lo mismo.
-Sí, es una pena que no te guste algo que ni conoces bien.
-Quizás es peor eso a lo contrario.
-Por lo menos es un caso más común
-Y más terrible. Piensa las opciones que tienes con el tiempo. Conocerlo o no conocerlo. Si no lo conoces tu sentimiento es incompleto, una sombra. Obviamente luchas por conocer eso que quieres (salvo que carezcas de humanidad) y surgen más opciones, suponiendo que es algo y no alguien se reducen a dos. Cuando lo conoces te gusta mucho lo que conoces ahora y ves trivial lo que te gustaba antes. O que no te guste, en ambos casos ves lo superficial que era tu sentimiento. Si es alguien añádele que a esa persona le pasa lo mismo. Las opciones de que a la larga funcione algo que empezó con el gusto mutuo queda en 1/15 (haced el diagrama si no me creéis).
-Pero a veces se conoce demasiado, y eso causa que algo deje de gustarte
-¿Dudas que un bebe sea feliz más frecuentemente que tú? Desde luego él es más feliz en términos de tiempo. Pero su felicidad se basa en cosas más banales que las tuyas, por lo que él necesita, por ejemplo, de su sonajero constantemente y tú puedes ser feliz escuchando a tu cantante favorito en directo una vez en la vida. Más aún, su felicidad es ligera, como esos días que te ríes de todo. Son días memorables, pero cada vez hay menos. Y hay menos porque hay pocas cosas que te hagan reír como antes. Ahora necesitas de algo más para ser feliz, no te basta reírte durante horas de los cotilleos, los chistes y las tonterías. Puedes divertirte, pero a la semana, todo resto de ese día se borra. Lo que queda es el fondo. El motivo de la risa, con quien te reías, y esas cosas, se derivan del saber.
¿Se puede ser feliz sin conocer? Me corrijo a mí mismo respecto al comienzo. No. Se puede estar alegre, pero la felicidad es mucho más y pasa por un bienestar interno. Nunca se conoce demasiado. No hay preguntas indiscretas, sólo las respuestas lo son. Cuando no se sabe lo suficiente, sólo se ama algo que no es real.